Soldadas a mano y hechas a mano en Tokio, cada una de estas regaderas es el producto del trabajo de un individuo. Los individuos en cuestión son miembros de la familia Negishi y su pequeña empresa (personal total = 3) en el área de Sumida de la capital. La empresa familiar originalmente se especializó en el trabajo de metal utilizado en el techo de los santuarios, pero se mudó a artículos de jardinería en la década de 1960 para satisfacer la demanda de implementos de alta calidad para bonsái. Las regaderas Negishi de entonces y ahora tienen un estatus especial entre los practicantes de bonsai. La caída del agua de sus boquillas tiene la sensación de lluvia. Para acompañar la experiencia de trabajar con plantas, de esta manera el usuario puede tener el sentido de la naturaleza en sus manos. El proceso de producción hecho a mano consiste en fundir la soldadura sobre las brasas, y permitir que fluya con la habilidad del fabricante sobre la superficie del metal. Inevitablemente, esto significa que solo unos pocos pueden hacerse cada día. Un producto, por lo tanto, con una producción limitada, tenemos una pequeña selección en wagumi. Una versión más pequeña de las regaderas de tallo largo de Negishi, el Choro es un juego de "chisai jorro", una pequeña regadera en japonés. Retiene la calidad profesional de Negishi en un tamaño más pequeño y con sus boquillas intercambiables puede entregar agua con precisión o con el efecto de lluvia característico.